Sencillo es todo lo verdaderamente
grande.
Honoré de Balzac.
El mar
y el sentido de pertenencia,
de estar conectado al mundo
por medio de los vínculos más
primarios.
Porque no nos pregunta,
nos obliga a sentir y mirar:
el rumor de las olas, la suave brisa,
el fulgor de la luz en la superficie
del agua
bastan para conocer la felicidad.