martes, 27 de abril de 2021

Los ojos del mundo



Como si no eligieras las palabras,

como si fueran las palabras

las que te eligieran a ti,

callar

para dejar hablar a las cosas,

mirar con sus ojos,

dejarte escribir por ellas.

 


martes, 20 de abril de 2021

El último poema

 


Donde uno no debe estar, si realmente quiere ver,

es aquí y ahora, en medio de la corriente.

Juan Mayorga.

 

Atravesar ese límite

que Kant estableció como el umbral de la fe,

previo incluso a tu primer contacto con la luz.

Más allá de la línea de sombra

donde las cosas pierden su nombre,

con la fuerza seductora que propicia el enigma,

con sus conjuras de canto de sirenas,

marcharse a escribir el último poema.

 


sábado, 17 de abril de 2021

Sentirse vivo

 


Alzarse

como se alza,

tras la noche,

el sol de la mañana,

convencido

de que cuanto más bajo

es el fondo de lo sufrido

más alto

es el sabor dulce

de sentirse vivo.

 


jueves, 15 de abril de 2021

La vida secreta de las palabras

 


Sabes más por lo que adivinas

que por lo que sabes:

escuchando las voces del silencio

a través del sonido de las palabras,

vas trazando el mapa de tu vida,

de la que, sin comprender nada,

vas poco a poco entendiéndolo todo.

 


viernes, 9 de abril de 2021

La espiral del absurdo

 


Vivir ignorando que sabemos

que ignoramos el sentido ninguno

de la vida, espiral del absurdo

de todas las cosas, irrealidad

tan palpable, substancia

hecha de sueños, poesía

delirante, mundo: ¡tus versos

nadie los puede entender!

 


martes, 6 de abril de 2021

Inútil decir más

 


De pronto, Keuschnig había olvidado lo que pretendía

demostrar y se alegró. Rompió el papel.

Luego buscó otros papeles que romper.

(El momento de la sensación verdadera. Peter Handke)

 

Escribir unos cuantos libros

para dejar constancia del fracaso.

¿Y luego qué? El cielo

es demasiado alto para los más altos pensamientos.

Las palabras ya no parecen un faro,

sino un enorme vacío que crece día a día.

Inútil decir más. El silencio alcanza.

 


viernes, 2 de abril de 2021

Sólo éramos nosotros

 


Demorábamos nuestros pasos

para hacer el tiempo algo más largo,

caminando de la mano, ajenos

a lo ajeno, que era todo,

porque sólo éramos nosotros

(alrededor, el mundo, no existía…)

 

Luego fue mirarnos

en la intimidad de estar solos,

cortar yo un amago de tu voz,

centinela del encanto del silencio,

mientras la luz de las farolas

inyectaba penumbra

en la intimidad de la habitación.

Tú ya desnuda a mis ojos

a pesar de estar vestida,

ávido de que el amor

tomara pronto la forma de los cuerpos,

tan encendidos con el fulgor del deseo.

 

Y, entonces, ráfaga de sensaciones

que comienzan en tus manos;

en las mías, que acarician tu rostro,

surcan su pelo, te desvisten

y te desvisten de pudor,

un poco torpes de lo excitadas.

 

El resto de la historia es conocida

para los que alguna vez amaron,

alargando la noche hasta el alba,

durmiéndose arropados

con las mantas de lo sentido.