jueves, 29 de octubre de 2020

Un hombre que escribe poemas

 


A pesar del cuidadoso examen de mis recuerdos,

no he descubierto en ningún momento

haber hecho cualquier cosa.

Jacques Rigaut.

 

Es más un destino que un consuelo

por la vida que no sabes vivir:

escribir crea la necesidad de escribir

hasta no saber qué día es,

ni qué hora, ni qué lugar,

ni qué placer ni dolor sientes;

sin esperanza ni desesperación,

tu vida no es más que la vida

de un hombre que escribe poemas.

 


martes, 27 de octubre de 2020

¿Y luego qué?

 


Como un sueño

que a veces se realiza.

¿Se realiza?

Nunca has estado mejor que ahora;

ni, tal vez, peor,

dentro de este fuego

que ha de durar lo que tardan las llamas

en convertirse en ceniza.

Como un arma que se dispara

contra quien la emplea,

la felicidad

es sobre todo el final de la felicidad.

 


domingo, 25 de octubre de 2020

jueves, 22 de octubre de 2020

Claustrofobia

 


Construyes una muralla

para contenerlo,

porque no alcanzas a reprimirlo.

Pero es el miedo

el que crea el peligro,

y ahora está contigo dentro…

 


martes, 20 de octubre de 2020

Te reclama

 


Es como mirar un enigma,

como mirar el mar que, de noche,

acaricia con sus olas tus pies,

convertido en una oscuridad cerrada,

en una nada profunda

que insistentemente te reclama,

invitándote a nadar.

 


jueves, 15 de octubre de 2020

Otro espejismo

 


Volviste a atravesar los desiertos,

levantando con tus pies

toda la arena del mundo.

Llegaste ya sin fuerzas

a un nuevo oasis, otro espejismo

que te devolvía la mirada,

la pregunta perpleja,

el cansancio infinito,

la vastedad de una tierra sin nadie.

 


martes, 13 de octubre de 2020

Entre playas

 


A mi amiga Mae.

 

Vivir sin prisas

entre playas, como el viento

se anda por las ramas, celebrando

la sencillez de su paraíso elemental,

donde el tiempo se dilata hasta adquirir

una aparente inmovilidad, casi

una prefiguración de la eternidad.

 


sábado, 10 de octubre de 2020

Silencios

 


El silencio del que escucha;

el del que calla

            por mucho que por fuera esté hablando,

            porque calla para sí;

            el del ignorante,

que no sabe la respuesta.

           

El silencio impuesto

            y lleno de rabia;  

            el de las palabras nunca dichas;

            el del secreto inconfesable;

            el expectante;

            el indebido, que no debería guardar

quien mantiene la boca cerrada.

 

El silencio de los enamorados,

            que utilizan las palabras de la mirada,

            de las manos, de la sonrisa;

            el de un matrimonio consumido

            por los años de rutina;

            el de la ausencia

            de la persona que se ama.

 

El silencio de la noche

            y el de las horas tempranas de domingo;

            el de los lugares sagrados;

            el del fondo de los mares

            y el del alto de la montaña.

 

El infausto silencio del luto

            y el silencio bajo tierra de los muertos;

            el del lecho del enfermo;

            el que se sucede

            tras los gritos de la tragedia.

 

El silencio atávico del miedo,

el silencio del que padece en silencio,

el silencio de estar solo,

el silencio profundo de la meditación,

el del asceta, que rodea

su silencio de más silencio…

 

El silencio del que se queda pensando

tras la lectura de estos versos…

 


jueves, 8 de octubre de 2020

Una estrella

 


Obstinados en ver algo

en lugar de verlo todo,

de ver nada,

nuestros ojos miran el cielo

no para ver el cielo,

sino para encontrar una estrella.

 


martes, 6 de octubre de 2020

Puro olvido

 


¿Donde termina el espacio

se llama muerte o infinito?

Pablo Neruda.

 

Es el momento

que da significado a tantas miradas

hacia lo alto:

el alma,

hecha puro olvido del cuerpo,

lo abandona

con una gozosa vocación de ala,

en un estado de felicidad

sin nombre

que en nada se distingue del aire.

 


sábado, 3 de octubre de 2020

jueves, 1 de octubre de 2020

No eres dueño

 


Hay algo que te arrastra

y no lo ves,

pero te conduce

al encuentro con lo inesperado.

Es el modo perfecto

de perderte en lo desconocido.

No eres dueño

de tus pasos ni de tus poemas:

cualquier vida

es un tanteo de sí misma.

¿A dónde lleva el viento

estas palabras?