martes, 27 de marzo de 2018

Extravío



Avanzas como sólo sabe hacerlo el que huye,
escapando de algo para encerrarte en otro sitio.
Virtuoso de los vicios, en seguida
otra cosa irrumpe en tu camino y te seduce,
descubriendo en ella el espejismo
de algún sueño lejano, la luz perfecta
de lo que nunca dura; por ejemplo el amor,
la más hermosa de las flores carnívoras.
Así que te alejas de nuevo
a la velocidad de los que escapan,
como una sombra que sólo acierta a dibujar el extravío. 

 

martes, 20 de marzo de 2018

Sobre la nieve



Soy un hombre sobre el cristal de una nevada.
Hace tanto tiempo de todo
que lo que se hacía esperar
se fue convirtiendo en lo que ya no esperaba;
tanto tiempo que el pasado
no parece haber pasado.
Como quien vacía palabras
para que dejen de tener sentido,
dejo el hueco de mis pies sobre la nieve.
Tener una existencia tranquila,
fracasar como un hombre normal,
¿qué más podía pedir
que esta tragedia que se masca en silencio
a lo largo de toda una vida:
no haber tenido tragedias,
no haber tenido vida?
La paz del espíritu sólo consiste
en una ausencia de deseos:
por fin lo he conseguido,
esta soledad tan blanca,
nieve interminable y desierta.

 

martes, 13 de marzo de 2018

El poema imperfecto



El poema perfecto tal vez no exista.
Pero a veces, en el desorden casual del mundo,
te aproximas a eso que se parece
a lo que intentabas decir, y te estremeces.
Ese vértigo propio es el lujo
más deslumbrante a tu alcance.
Como si anduvieras a tientas,
de pronto se enciende una luz interior:
nada cambia por fuera, pero
todo lo ves distinto, y eso te transforma, 
te envuelve en un regazo de ensueño,
te acaricia con mano invisible,

iluminando la experiencia de tu mortalidad.



martes, 6 de marzo de 2018

El truco



El truco de la vida quizá sea no conseguir nuestros sueños.
Pongamos que uno desea, con todas sus fuerzas,
escribir una novela. Basta entonces pasarse el día
no escribiéndola para que el deseo de escribirla aumente.
Y, de vez en cuando, trazar en el papel algunas frases,
no muchas. Quien se obceca en saciar su anhelo
acaba secándolo por completo. No hay que llegar al objetivo,
sino viajar hacia él, de modo que la belleza radique en el camino.
Sucede con todo: la llama del amor está más viva que nunca
cuando dos amantes no se ven y así se echan de menos.
Tal vez la clave esté en no conseguir lo que queremos,
en no alcanzar nunca el horizonte de nuestras metas,
pues es en el movimiento hacia ellas donde reside
el grado máximo de ilusión, de expectativa, de sugerencia.