martes, 28 de julio de 2020

Seguir viéndonos cada día



Como los ríos que corren hacia el mar
sin poder nunca colmarlo,
es extrañamente hermoso todavía
esta amistad de siempre,
felices de no tener que desear
otra cosa que seguir viéndonos cada día.
No por repetido, el milagro
de querernos deja de ser milagro,
un continuo fervor de luz,
una constante llamada a la belleza de la vida.