Soy, más que todo aquello que he
sido,
todo aquello que no he sido.
Soy, también, pensamientos que no
tengo,
emociones que me faltan.
Echo raíces en terrenos yermos
a sabiendas de que allí nada crece,
porque mi vida consiste en ver
cómo se me escapa la vida,
puñado de arena entre las manos.
Manera tímida de existir, ésta:
pensar la vida, soñar la vida,
querer vivirla, pero sólo de noche,
al soñar asomado a la ventana;
de día sólo quiero que llegue la
noche
para querer vivir la vida
al soñar asomado a la ventana.
Nostalgia de todo lo no vivido,
nostalgia de todo lo que no viviré…
Las cosas apenas son y ya han
desaparecido.
Tantas caras, tantos lugares,
fugaces, apenas entrevistos…
Cada día es una vieja estación
abandonada
en la que el tren no para;
tan sólo estas líneas que escribo
y que se van desvaneciendo:
retazos, jirones de ideas apenas
evocadas,
palabras escritas sobre un fondo de
vida difuminado.