Mis manos cubren continentes.
Walt Whitman.
Una vida de suelas gastadas,
de polvo en los caminos,
de viajes sin llegada,
atento a cada señal,
mirando en lo que oyes,
escuchando en lo que ves,
tejiendo toda una constelación
de ideas y emociones,
de imágenes y palabras,
como si tu poesía fuera,
en realidad, la felicidad del mundo.