Un mar tempestuoso
zarandea sin lástima un barco de
juguete
atrapado en su mar de olas.
El barco de juguete soy yo,
que bogo en pos de mi naufragio.
Ayer es el puerto desde el que zarpé
y a dónde voy yo no lo sé:
es el mío un navegar sin rumbo,
porque no hay singladura posible
para alcanzar el horizonte
inaccesible
que hay dentro de mí. Desear tanto
sin saber qué desear… Sentirlo todo
y no estar lo sentido en las
palabras…,
caudal de emociones que se desborda,
vida que se extingue dentro de su
propia llama.