El día que te fuiste entendí
que no te volvería a ver.
Ibas teñida de rojo por el sol de la
tarde,
por el crepúsculo ensangrentado del
cielo.
Pedro Páramo; Juan Rulfo.
Lanzada a lo desconocido,
a esa niebla
que habita en la distancia,
alejarte siempre
del lugar del que partiste.
Allí espera tu destino,
en un viaje
que llega tan lejos
como toda la sed de tu deseo.