No nos encontramos a nosotros mismos
hasta que estamos perdidos, o en otras palabras, hasta que perdemos el mundo y podemos
reconocer dónde estamos y cuál es la infinita extensión de nuestras relaciones.
Henry David Thoreau.
Como un ojo no hecho para la luz,
sino para ver en la oscuridad,
irse a vivir al borde del misterio,
en la frontera misma de lo desconocido,
donde se agudizan en extremo los
sentidos:
aquello que no comprendes
es justo lo que necesitas encontrar,
y perderse es la única manera.