lunes, 28 de agosto de 2017

Vivo del hambre



Es difícil no morir de inanición
alimentado sólo de sueños.
Mas ¿a qué no se acostumbra el hombre
con algo de perseverancia?
Vivo del hambre que hiende mis entrañas
y nunca cesa, pero a veces
libo mi propia pervivencia
del vacío de otra alma que me ofrece sus ojos
y me llevan hasta el mar, hasta amar.