martes, 2 de enero de 2018

Un poco de sed


A pesar de todos los pesares, que cada vez pesan más,
los necesitamos.
¿Quién no ha sentido alguna vez, por un padecimiento,
un confuso bienestar?
Hay sufrimientos muy sanos
y que sazonan el a veces rancio bocado de la vida.
Dicho de otra manera: para apreciar el agua
se precisa un poco de sed.
Además, cuando nos duele algo
ya no nos molestan otras cosas.
Todo es perfecto si va mal,
aunque sólo sea porque podría ir peor.
No hay nada como esas pequeñas desdichas
que son como boyas:
nos mantienen a flote, con vida.
Y es que vivir sin dolor
es lo más parecido a estar muerto.