martes, 9 de julio de 2019

Mi jardín del silencio



A mi amiga Mae.

Voy al mar a alejarme de mi ego.
Ante él, todo mi ser enmudece;
sólo puedo mirar, perder mis ojos
en su vasto azul, que ondea
como una bandera con la insignia de Dios.
Miro, y no alcanza la mirada:
el horizonte se distancia
hacia una lejanía inconcebible.
Entonces cierro los ojos
para pensar que el mar existe
sin necesidad de que nadie lo mire,
como el cielo y sus estrellas.
¿Qué es un hombre en el éter de la Divinidad?