martes, 27 de agosto de 2019

Bailando en la frontera



Flota en la realidad,
imitando a una sombra que se aproxima lentamente,
una verdad de inquietante enunciado:
cualquiera puede ser un loco,
sobre todo cualquiera que aspire a la clarividencia.
Por supuesto, es el tipo de teoría
que cualquier lunático rechazaría de plano,
como si hubiera fronteras precisas
y, bailando en ellas, no reinara el miedo
que un supuesto cuerdo tiene sobre sí mismo.
No hay nada más difícil
que mirar a los ojos de una verdad desnuda:
en el epicentro de la lucidez
se halla la locura más absoluta.