martes, 6 de agosto de 2019

Fin de fiesta



Toda verdad ignorada prepara una venganza.
José Ortega y Gasset.

Fue ayer mismo,
pero un ayer que ya no existe.
Como si no supiéramos lo que sabíamos,
o precisamente porque éramos conscientes,
esa alegría desesperada, esa desproporción
en que las pasiones encuentran su señal propicia,
iluminando nuestra ceguera.
Tan efímeros como gloriosos,
nos bebimos el tiempo en una noche,
hasta que alguien dijo, igual que una nube
oscureciendo de pronto el paisaje, “me marcho”.
Sucedió muy rápido y a la vez muy lento,
como sucede en esos momentos definitivos
en los que se resuelve la vida.
Y, entonces, un baile de ausencias,
y luego la constancia inapelable
de que donde ahora habita el silencio
antes se escucharon las risas de una fiesta
que soñamos inmortal.