sábado, 10 de octubre de 2020

Silencios

 


El silencio del que escucha;

el del que calla

            por mucho que por fuera esté hablando,

            porque calla para sí;

            el del ignorante,

que no sabe la respuesta.

           

El silencio impuesto

            y lleno de rabia;  

            el de las palabras nunca dichas;

            el del secreto inconfesable;

            el expectante;

            el indebido, que no debería guardar

quien mantiene la boca cerrada.

 

El silencio de los enamorados,

            que utilizan las palabras de la mirada,

            de las manos, de la sonrisa;

            el de un matrimonio consumido

            por los años de rutina;

            el de la ausencia

            de la persona que se ama.

 

El silencio de la noche

            y el de las horas tempranas de domingo;

            el de los lugares sagrados;

            el del fondo de los mares

            y el del alto de la montaña.

 

El infausto silencio del luto

            y el silencio bajo tierra de los muertos;

            el del lecho del enfermo;

            el que se sucede

            tras los gritos de la tragedia.

 

El silencio atávico del miedo,

el silencio del que padece en silencio,

el silencio de estar solo,

el silencio profundo de la meditación,

el del asceta, que rodea

su silencio de más silencio…

 

El silencio del que se queda pensando

tras la lectura de estos versos…