Éste es el último lugar.
No queda adónde ir.
Lew Welch.
El paisaje se desintegra ante los
ojos
y el solo hecho de respirar
parece ya imposible.
¿Cuántas veces?
¿Cuántas veces
acompañado de nadie y de nada
o de sólo la pregunta
de para qué seguir?
Es como si de tanto morirte
fueras incapaz de morir.