sábado, 8 de mayo de 2021

Yo

 


Nací un seis de marzo

(un día que dura ya treinta y siete años)

después de muchos siglos

(no sé cuántos o si infinitos)

de estar muerto.

Fui creado por Dios

para después darme las armas

de mi propia destrucción.

La conciencia de estar vivo

sólo en mi conciencia

me empujó a convertirme en el explorador

de las profundidades que hay en mí.

Fui palpando,

con las manos suicidas de mi inteligencia,

espacios que estaban fuera

del límite de la cordura.

Hoy os habla mi voz

desde el otro lado del muro

que alzaron las horas

entre vivir y estar vivo,

perdido como sigo

en el laberinto que he hecho de mí.

Equilibrista de no sé qué metafísica,

continúo cruzando, con los ojos cerrados,

la cuerda floja de mi abismo…