Estás en el mundo y no, y eso te gusta.
Estás en el corazón del aire,
más allá del naufragio del instante.
Un tipo de silencio, que no existe en
el tiempo,
habla de la felicidad encontrada.
Casi sin pensamiento, flotando
en la máxima potencia del vacío,
abrazas la quietud de estar contigo.