Avanzas como sólo sabe hacerlo el que
huye,
escapando de algo para encerrarte en
otro sitio.
Virtuoso de los vicios, en seguida
otra cosa irrumpe en tu camino y te
seduce,
descubriendo en ella el espejismo
de algún sueño lejano, la luz perfecta
de lo que nunca dura; por ejemplo el
amor,
la más hermosa de las flores
carnívoras.
Así que te alejas de nuevo
a la velocidad de los que escapan,
como una sombra que sólo acierta a
dibujar el extravío.
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