No querer seguir
y, al mismo tiempo, no desear otra
cosa
que seguir, con ese extraño optimismo
que nos lleva a continuar viviendo
aun sabiendo que, tarde o temprano,
todo acabará. Es la victoria
de la esperanza sobre la realidad,
como si algo al propio misterio
se le escapara, igual que a esos
poemas
que hablan de la imposibilidad de
escribir.
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