Antes era distinto y ya era igual
que siempre. Porque el tiempo
invariablemente
es joven, los hombres envejecen
frente a una caja de sueños en que se
reflejan
las leyendas levantadas sobre
historias
que a menudo nunca ocurrieron.
Y así esperan la muerte, para luego
marcharse
sin querer saber nada de ella.
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