martes, 27 de febrero de 2018

Un bodrio



En una película, en apenas hora y media,
puede caber la historia de una vida.
Para eso sirven, en el cine, las elipsis:
para dar cuenta sólo de las escenas realmente importantes.
Me pregunto, si yo tuviera que hacer mi propio montaje,
¿qué secuencias elegiría? Me respondo
que acaso las más accesorias, como esos momentos
en los que miro distraídamente por la ventana,
o me encojo de hombros o doy vueltas por la calle
como quien pasea alrededor de la nada.
Es en estos pasajes donde sucede la esencia
de mi vida entera. Pero,
¿quién pagaría por ver una película
en la que lo más significante parece del todo irrelevante?
Sin duda, conmigo, la industria del cine quebraría.